seventeen again

Ya no puedo desvelarme si no es contigo, los ambientes bohemios me cansan,
despierto de pronto y me acuerdo de un aroma tuyo, del que conservan las sudaderas olvidadas a propósito, hace mucho tiempo no me sentía de hecho tan nostálgica, como si aun viviera con mi madre y me pudiese dar ese lujo.

Ya no puedo tener sexo con mi amante, igual nunca me lo pediría, cuestión de egos, el alcohol me adormece temprano, tengo ganas de llorar un poco mientras pienso que los pretextos se me están acabando que quiero verte hoy igual que ayer, que me despiertas a mitad de la noche, que quiero tener algo que mostrarte, que no se como me haz devuelto a la prepa, con todas esas malditas inseguridades.

Con las ganas de besarte quemándome las manos que sostienen cigarros interminables para no usarlas en tu contra.

No quiero despertarte, el sonido de tu respiración me dice que estás vivo, no quiero moverte.. pídeme una cosa: que me quede aquí a tu lado sólo eso.

Práctica-mente

Me parece que he perdido la práctica, ya no me salen los roces tan sin querer, las miradas encontradas, la sensación de estar cerca sin tocarnos.
tan la perdí que tiemblo mientras te miro de reojo.
había olvidado el flirteo de lo cotidiano, la emoción de quedarme
sin saber que pasaría, la espera innecesariamente angustiante de una mirada.
platicar sin decirnos nada, salvo lineas enteras perdidas en la incertidumbre del olor a sexo y el humo de tu cigarro sobre mi cara.

Déjame seducirte, dame una luz, abre un espacio para que me meta entre tu ropa, para que me valga pito si el mundo se cae a pedazos; te prometo irme temprano y no volverme te prometo no decir nada, ser un secreto nuestro, dame eso que nadie puede robarnos, un lenguaje clandestino, un pin-pon, algo que nos pertenezca.
O déjame ir, aguantarme las ganas y salir con la frente en alto, pero dame un gancho para asirme y dejarme mover por el olor de la derrota, no tengo ganas de luchar, quizá porque definitivamente he perdido la práctica.

¡¡¡Acción mutante!!!



El título sólo tiene que ver con la canción de la película de Alex de la Iglesia “Acción Mutante”, que traigo en mi cabeza mientras escribo estas palabras. Claro, con Ally McBeal de fondo.



Lo que acontece es que me he liado con un chico (Ally McBeal está en español de España y me pasa lo gachuupin). Y lo que nunca, ha sido de la peor manera, según mis estándares. Comencé a salir con él y me sentí intimidada, no sé por qué, pero esto no me solía suceder, no desde hace mucho. La situación es que me ponía muy tensa a su lado, y me descontrolaba un poco. Pero él…



El punto es que no he entendido que no quiere conmigo. Las señales son claras: no me busca, aunque yo lo procure; dijo que no estaba seguro de querer lo que teníamos; y es eso, no me demuestra su interés. De alguna manera me quedé prendada, no es ego, más bien me atrae mucho, creo que eso es lo que me intimidó, la idea de… ¿de amar?



Ahora, no puedo evitar sentirme mal al ver que no me responde. Dice que soy negativa, pero también decía que si alguien caía tres veces en la misma situación ya era tontería, y creo que sería muy bobo volverlo a buscar.




No sé, estoy confundida. Me siento como aquella que ni picha ni cacha. Me han invitado a salir varias veces pero prefiero esperar, aunque exactamente no sé que porque ya me sugirió un alejamiento.



No es agradable sentirse en secundaria, estar a la espera del otro… sin que éste llegue.

Y lo extraño a veces, y esas veces no comprendo racionalmente mi decisión, sólo diviso emotividades de movimiento, necesidad de mareas altas.



Lo consideré muchas veces, ideal para pareja a largo plazo, para esas en donde la pasión no es lo esencial, en donde bastan señales nimias de fuego para saberse dentro, en donde más importa la compañía y lo que puedes trabajar conjunto a ella. Pero no, soy impaciente, uno de mis mayores defectos. Casi no me puedo detener, tengo una compulsión por decirlo, por vaciarlo para compartir responsabilidades que puedan surgir de las palabras, para escapar de “obligaciones”, y le dije que no.

Casi claro, fue mi miedo a emprender una vida con alguien al que no le interesaba no tener para comer, y después de 10 años en el negocio me había cansado de esa actitud, de esos tipos que utilizan de excusa no poder producir varo debido a su tipo de vida. Él no tenía la culpa, y K tiene razón, en algún momento uno tiene que pagar por lo que hizo otro, algún hombre tenía que pagar… aunque no me lo creo mucho.

Mi indisposición también resultaba de mi fragilidad económica y de no poder contar con su apoyo, con algo tan básico. Además lo que me cuesta más aceptar es que dada la cotidianeidad, nuestra cercanía, y nuestra interacción, lo comenzaba a considerar más un amigo del tipo hermano que del tipo novio.

Y ahora nos vemos y me encanta la facilidad de diálogo que surge con espontaneidad, el cariño que nos tenemos y la transparencia de él.

Trate de ser honesta, lo veo frágil y aún así le dije que estoy saliendo con alguien, que posiblemente nos encontremos y que no debía sacarse de onda, prefería no contarle más. Tranquilamente dijo que no había ningún problema. No me hizo sentir incómoda, tiene una gran habilidad para ararme un camino en donde no choque con las piedras y pueda fluir independientemente de sus incomodidades.

Le quiero mucho y me preocupa su desesperación y tristeza por estar con alguien. Su soledad y necesidad de cariño, como la de todos. Le quiero y quiero estar a su lado, no como una relación que terminó sino como una que toma otro rumbo, desde otro aspecto y otras comprensiones.

¿Me escuchas? Quiero intentar algo nuevo, en donde quepa mi yo que está con alguien más y tu yo que lo comenzará a hacer. No te quiero ver triste pero poco hay que pueda hacer para ayudar a aminorar ese tipo de tristeza.

Un beso de una amiga.