No me gusta de ti

Que vayas con cara al suelo paro no encarar el cielo, cuando te inflas y respingas la nariz sintiendo con desdén a los otros.

No me gusta de ti que te olvides de respirar y sonreír, de disfrutar los escasos pájaros y las lunas desaparecidas, que todavía no hayas encontrado la pasión por vivir.


Lo acepto, esos ojos sin brillo, esa piel pálida y esos sueños rotos quiebran mi camino a tu lado.


No soporto que todo se quede en el habla porque crees que ella misma es acción, cuando acción es caminar y dirigirse para cambiar.


No me gusta de ti tu comodidad, la odio. No me gusta tu falta de apetito y cobardía para gritar. Detesto a tus falsas amistades, con las que sólo pones cara de “todo está y seguirá bien”.


Odio tu espíritu derrotista, tu “todo pasado fue mejor, el futuro no existe, el presente voló” y las limitaciones que le causas a la vida.


En si, no me gusta de ti lo que te sobra de mí.

Conocerte fue una tragedia


Solía usar a los fantasmas para no comprometerme.

Contigo lo hice, al principio, pero fuiste tan impactante que tuve que recurrir a un ser vivo, me acosté con él y te lo dije, no directamente pero lo intuiste, fui muy evidente. Me echaste.

No recuerdo cómo ni por qué volvimos, no sé por qué aceptaste continuar. No puedo traer de vuelta lo bueno porque lo añoro, sigo viendo la luz de esa estrella que ya no existe y me duele saberlo. Sólo convivo con lo lacerante, me veo demacrada, te veo radiante con ella.


Ella


Su fantasma me hace más peso que cualquier hombre. Malinterpreto las cosas, es ella y no yo, ella porque sabe, porque siente, porque no se debate todo el tiempo y tontamente por el poder, ella por sumisa y controlada por ti. Así fue nuestra relación, lo mismo: acataba lo que ordenabas, te veía enamorada, me encantabas y aceptaba no salir, descuidarme, tener sexo a cada instante. Sólo que yo era más problemática.


El sexo


Al final sólo abría las piernas, escupías para lubricarme y entrabas, ya ni ganas de fingir tenía. Sexo para desestresarte, para no afrontar la muerte de tu padre, nuestra falta de confianza, o tu poca hombría. Sexo para no respirar y escaparte, como droga expulsora de la realidad. Realidad jodida que jamás aceptabas, y yo, al sentirme contra una pared gritaba, y tú, tranquilo, ecuánime, demostrabas con hechos que yo era el problema.


Yo y tú


La disertación era: el afecto vs la razón. La lógica no emotiva, porque quien se dejaba llevar por el sentimiento perdía. Y yo, a cada instante caía ante ti, nunca iba a ganar, nunca. Calmado enumerabas mis errores, decías que te parecía absurdo que no los pudiera resolver, pero jamás hablabas de ti. Poco a poco, sólo de dicho, ibas aceptando tu exceso de dominancia, tu arrogancia, tu inflexibilidad. Pero siempre era yo. Un tiempo enloqueciste, me llamabas puta porque tardaba más tiempo en la calle, para ti salía con otro o con muchos otros. Llorando me tomaste y agitaste mi cuerpo exigiendo la verdad a gritos ¡¿quién es?!, Pude inventar que eran mil pero supuse que eso aumentaría la desconfianza. Negaba con verdad pero no con la tuya, necesitabas escuchar que yo era la culpable, así tú tendrías la razón.


Te desesperaba y al final, a días de terminar comenzaste con ella. No solo salí de tu vida sentimental, luego de dos años de trabajo en nuestra empresa me tuve que ir. Ahora ella ha tomado mi lugar, en ese espacio que para ti era sagrado y que ahora parece un chiste. Te involucras con las involucradas para que trabajen no sólo por la causa, sino por ti y para ti, malversas las situaciones. Eres perverso, y si, acepto que también yo lo soy, no te preocupes por la falta de honestidad.


Conocerte fue una tragedia


Porque no estaba lista para no confrontarte, para dar la vuelta y dejarte pasar. Me aferré, sigo aferrada a tu fantasma. Tragedia absurda la sonrisa que salía de tu mirada, mi sonrisa de perdición, boba sonrisa que aún se me escapa ante ti. Conocerte sigue siendo una tragedia, me derrito ante ti, figura dominadora. Como en toda tragedia no eres tú por ser tú, sino por ser mi excusa para no ser. Eso te hace tan burlesco, en este momento sólo eres una idea mal enfocada y tu importancia se da en tanto lo que eres -una idea-.



Conocerte fue una tragedia


Solía usar a los fantasmas para no comprometerme.

Contigo lo hice, al principio, pero fuiste tan impactante que tuve que recurrir a un ser vivo, me acosté con él y te lo dije, no directamente pero lo intuiste, fui muy evidente. Me echaste.

No recuerdo cómo ni por qué volvimos, no sé por qué aceptaste continuar. No puedo traer de vuelta lo bueno porque lo añoro, sigo viendo la luz de esa estrella que ya no existe y me duele saberlo. Sólo convivo con lo lacerante, me veo demacrada, te veo radiante con ella.


Ella


Su fantasma me hace más peso que cualquier hombre. Malinterpreto las cosas, es ella y no yo, ella porque sabe, porque siente, porque no se debate todo el tiempo y tontamente por el poder, ella por sumisa y controlada por ti. Así fue nuestra relación, lo mismo: acataba lo que ordenabas, te veía enamorada, me encantabas y aceptaba no salir, descuidarme, tener sexo a cada instante. Sólo que yo era más problemática.


El sexo


Al final sólo abría las piernas, escupías para lubricarme y entrabas, ya ni ganas de fingir tenía. Sexo para desestresarte, para no afrontar la muerte de tu padre, nuestra falta de confianza, o tu poca hombría. Sexo para no respirar y escaparte, como droga expulsora de la realidad. Realidad jodida que jamás aceptabas, y yo, al sentirme contra una pared gritaba, y tú, tranquilo, ecuánime, demostrabas con hechos que yo era el problema.


Yo y tú


La disertación era: el afecto vs la razón. La lógica no emotiva, porque quien se dejaba llevar por el sentimiento perdía. Y yo, a cada instante caía ante ti, nunca iba a ganar, nunca. Calmado enumerabas mis errores, decías que te parecía absurdo que no los pudiera resolver, pero jamás hablabas de ti. Poco a poco, sólo de dicho, ibas aceptando tu exceso de dominancia, tu arrogancia, tu inflexibilidad. Pero siempre era yo. Un tiempo enloqueciste, me llamabas puta porque tardaba más tiempo en la calle, para ti salía con otro o con muchos otros. Llorando me tomaste y agitaste mi cuerpo exigiendo la verdad a gritos ¡¿quién es?!, Pude inventar que eran mil pero supuse que eso aumentaría la desconfianza. Negaba con verdad pero no con la tuya, necesitabas escuchar que yo era la culpable, así tú tendrías la razón.


Te desesperaba y al final, a días de terminar comenzaste con ella. No solo salí de tu vida sentimental, luego de dos años de trabajo en nuestra empresa me tuve que ir. Ahora ella ha tomado mi lugar, en ese espacio que para ti era sagrado y que ahora parece un chiste. Te involucras con las involucradas para que trabajen no sólo por la causa, sino por ti y para ti, malversas las situaciones. Eres perverso, y si, acepto que también yo lo soy, no te preocupes por la falta de honestidad.


Conocerte fue una tragedia


Porque no estaba lista para no confrontarte, para dar la vuelta y dejarte pasar. Me aferré, sigo aferrada a tu fantasma. Tragedia absurda la sonrisa que salía de tu mirada, mi sonrisa de perdición, boba sonrisa que aún se me escapa ante ti. Conocerte sigue siendo una tragedia, me derrito ante ti, figura dominadora. Como en toda tragedia no eres tú por ser tú, sino por ser mi excusa para no ser. Eso te hace tan burlesco, en este momento sólo eres una idea mal enfocada y tu importancia se da en tanto lo que eres -una idea-.



Soy

tengo miedo, del color de mis ojos, de mis manos.
me desconozco de vez en cuando,
dejo de ser de vez en cuando.
el espejo ya nada significa,
 ignominia: dolorosas representaciones de mi misma.

me escondo una vez mas en el caparazón- laberinto,
quiero ser de nuevo  pupa o crisálida.
una  fantasía renovada lentamente,
el atardecer de los desprotegidos, tu mano, un nombre,
el azul de cielo, el significado de una mirada recogida en un
bote de basura.

Pero... ¿qué esperabas?


Después de decirle que no era lo que querías, ¿en serio creíste que iba a esperar por ti? ¿Que iba a hacer lo que tú no hiciste?

Si, ya lo sabes, sale con otras, buscó viejos contactos.

En eso se diferencian, tú creaste los contactos. Esta vez no había necesidad de jalar viejos barcos, de esos que sabes siempre estarán presentes, más para una chica. Esta vez abriste horizontes, lo cual puede no significar nada bueno, sólo es diferente.

Hay un acierto en todo esto, en dejar lo estable, la comodidad, las caricias acertadas, el cobijo esperado, el comentario perfecto, la sonrisa calma, bueno, debe de haberlo, ¿no?.

Si, parece que el acierto es mudar tu estilo de vida, apostarle a lo incierto, a lo terminable, a lo intenso, a las inhalaciones de la vida, a surfear el aire. Esto lo deduzco de las características básicas de este amante, a saber, en 20 días regresa a su país con su novia, con su vida, sus proyectos y defectos, sin ti, sin tu aroma ni tus labios, con un poco de remordimiento y ya, a vivir.

No te preocupes, no te confundas, no es suicida la elección.

Sé que tampoco la comprendes, sólo sabes que caminas más rápido y que no sientes que engañas a alguien, eso es un peso menos.

Con esta nueva experiencia, continúa conteniéndote, si vuelve a mencionarte que quiere diseñar muebles no le digas que te encantaría apoyar en esa empresa, que siempre has querido vivir cerca de la ciudad, en la naturaleza, en un espacio grande, nadando diario, construyendo tu casa con quien quieres que sea tu pareja, que quieres viajar por todo el mundo, que no te agrada vivir presuntuosamente, que con lo básico tienes, no le digas nada, para qué, corta cualquier comentario que lleve a la proyección a futuro.

Eso si, puedes hablar del pasado, de su pasado, ábrete, es la única oportunidad de hacerlo con él, de disfrutarlo, de saborearlo, de captar su mirada observando tu cuerpo, tu ojos; no queda tiempo y él lo sabe. Róbale sonrisas como nunca, si te muestra una lágrima bésala. Aunque si sigue con miedo, no pasa nada, no eran 20 sino 2 días los que le quedaban a tu lado, continua con tu vida, con su recuerdo, que sabes, se diluirá en tu falta de memoria. Hay algo interesante, él dice que contigo satisface sus necesidades sexuales y afectivas, pero no hay que creerle mucho, las sexuales ya las tenía cubiertas, y las afectivas, pues si ya había aguantado 5 meses, ¿qué era un mes más?. Acepta que le gustas y se dio el mismo gusto que tú, con diferente contexto.

¿Por qué es mejor así? Porque eso es un amante, es lo que te debe de caber, es alguien con ausencias prontas, cuyas entregas son más intensas pues siempre existe, a la vuelta de la esquina, la desaparición. A él en tu vida lo volverás a ver, ¿entiendes?, ¿o más bien no lo puedes concebir?, porque de ser así, esto es peligroso, va a doler, pero que importa, si no duele por esto dolerá por otra cosa, elije.

Ya sabes, sobre advertencia no hay engaño, tal vez quede la estupidez y el amor o mejor, el enamoramiento torpe.

Recuerda: compartan raices y susurros y formas de vida, compártanse.

ayer me rompí una mano

Me cuesta trabajo levantarme de la cama tengo destrozados los nudillos de tanto golpear la pared; de golpear mi rostro dibujado en los cimientos de los edificios.

Esta tarde te esfumaste como sí de ello dependiéramos los que aún estamos vivos.

Me quedé con ganas de no seguirte, de que me valga verga abrirme el pecho con un bisturí, de que te importe.

Son las diez de la noche y creo que has muerto; que las banquetas no me cuenten de los que las pisamos, de los que nos sentamos o dormimos en ellas, rozándonos con sus frías pieles de cemento y mugre diaria.

Tengo la cara destrozada también, por palabras como puños, llena de mierda ensangrentada y cervezas gratis, de miradas de infieles que no saben que te estas jugando la vida por unos cuantos aplausos y cerveza o vino o un golpe en la espalda que te haga sentir menos suicida, menos escoria, menos artista y quizá de vez en cuando menos muerta.