Conocerte fue una tragedia


Solía usar a los fantasmas para no comprometerme.

Contigo lo hice, al principio, pero fuiste tan impactante que tuve que recurrir a un ser vivo, me acosté con él y te lo dije, no directamente pero lo intuiste, fui muy evidente. Me echaste.

No recuerdo cómo ni por qué volvimos, no sé por qué aceptaste continuar. No puedo traer de vuelta lo bueno porque lo añoro, sigo viendo la luz de esa estrella que ya no existe y me duele saberlo. Sólo convivo con lo lacerante, me veo demacrada, te veo radiante con ella.


Ella


Su fantasma me hace más peso que cualquier hombre. Malinterpreto las cosas, es ella y no yo, ella porque sabe, porque siente, porque no se debate todo el tiempo y tontamente por el poder, ella por sumisa y controlada por ti. Así fue nuestra relación, lo mismo: acataba lo que ordenabas, te veía enamorada, me encantabas y aceptaba no salir, descuidarme, tener sexo a cada instante. Sólo que yo era más problemática.


El sexo


Al final sólo abría las piernas, escupías para lubricarme y entrabas, ya ni ganas de fingir tenía. Sexo para desestresarte, para no afrontar la muerte de tu padre, nuestra falta de confianza, o tu poca hombría. Sexo para no respirar y escaparte, como droga expulsora de la realidad. Realidad jodida que jamás aceptabas, y yo, al sentirme contra una pared gritaba, y tú, tranquilo, ecuánime, demostrabas con hechos que yo era el problema.


Yo y tú


La disertación era: el afecto vs la razón. La lógica no emotiva, porque quien se dejaba llevar por el sentimiento perdía. Y yo, a cada instante caía ante ti, nunca iba a ganar, nunca. Calmado enumerabas mis errores, decías que te parecía absurdo que no los pudiera resolver, pero jamás hablabas de ti. Poco a poco, sólo de dicho, ibas aceptando tu exceso de dominancia, tu arrogancia, tu inflexibilidad. Pero siempre era yo. Un tiempo enloqueciste, me llamabas puta porque tardaba más tiempo en la calle, para ti salía con otro o con muchos otros. Llorando me tomaste y agitaste mi cuerpo exigiendo la verdad a gritos ¡¿quién es?!, Pude inventar que eran mil pero supuse que eso aumentaría la desconfianza. Negaba con verdad pero no con la tuya, necesitabas escuchar que yo era la culpable, así tú tendrías la razón.


Te desesperaba y al final, a días de terminar comenzaste con ella. No solo salí de tu vida sentimental, luego de dos años de trabajo en nuestra empresa me tuve que ir. Ahora ella ha tomado mi lugar, en ese espacio que para ti era sagrado y que ahora parece un chiste. Te involucras con las involucradas para que trabajen no sólo por la causa, sino por ti y para ti, malversas las situaciones. Eres perverso, y si, acepto que también yo lo soy, no te preocupes por la falta de honestidad.


Conocerte fue una tragedia


Porque no estaba lista para no confrontarte, para dar la vuelta y dejarte pasar. Me aferré, sigo aferrada a tu fantasma. Tragedia absurda la sonrisa que salía de tu mirada, mi sonrisa de perdición, boba sonrisa que aún se me escapa ante ti. Conocerte sigue siendo una tragedia, me derrito ante ti, figura dominadora. Como en toda tragedia no eres tú por ser tú, sino por ser mi excusa para no ser. Eso te hace tan burlesco, en este momento sólo eres una idea mal enfocada y tu importancia se da en tanto lo que eres -una idea-.



2 comentarios:

  • -Chibras | 28 de junio de 2011, 20:36

    Este comentario ha sido eliminado por el autor.
  • -Chibras | 28 de junio de 2011, 20:50

    Me has vuelto loco y no te conozco, me has mandado al infierno varias veces y me has entregado a la nada.... demonio, forcida, basilisco, mujer en fin... que sincera, que hermosa, que plena... cuantas han hecho el amor como tu pero nunca lo sinceran... que humano y grande tu texto

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