No me gusta de ti que te olvides de respirar y sonreír, de disfrutar los escasos pájaros y las lunas desaparecidas, que todavía no hayas encontrado la pasión por vivir.
Lo acepto, esos ojos sin brillo, esa piel pálida y esos sueños rotos quiebran mi camino a tu lado.
No soporto que todo se quede en el habla porque crees que ella misma es acción, cuando acción es caminar y dirigirse para cambiar.
No me gusta de ti tu comodidad, la odio. No me gusta tu falta de apetito y cobardía para gritar. Detesto a tus falsas amistades, con las que sólo pones cara de “todo está y seguirá bien”.
Odio tu espíritu derrotista, tu “todo pasado fue mejor, el futuro no existe, el presente voló” y las limitaciones que le causas a la vida.
En si, no me gusta de ti lo que te sobra de mí.
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