ciclo

Tengo las manos llenas de rasguños, ya no se si son míos o de cualquiera, tengo una resaca acumulada y una vida de sueño sin recuperar en absoluto.

te he dicho -¿recuerdas?- y te quedaste mirándome como un perro, primero hacia un lado y luego hacia el otro, con las orejas hacia atrás como sólo tu sabes hacerlo.

ya nada me sorprende y la verdad desearía poder romperte una botella en la cabeza, hacerte el amor, decirte algo al oído.

-el café se terminó- haz dicho después de asomarte a fumar en la ventana.

tus cosas aun en el corredor, como apunto de irse corriendo tras de ti cuando huyas de mi casa

¿entonces para que me avisas del café?, ¿o sobre cualquier otra cosa?

No es que quiera retenerte, la verdad solo quiero cogerte un poco más sobre la mesa, en algún rincón mojado del baño, en la azotea o el callejón de los despojados, no me importa si recuerdas mi nombre o el de cualquier otra, sólo quiero prolongar unos minutos más tu maldito aroma entre las sábanas, saber que no fue un sueño, que en la oscuridad también eras tu conmigo.

-nos vemos- y miras por el rabillo del ojo.

-hey- y te miro desde el reflejo de una ventana, sin volverme

el café efectivamente se ha terminado, no hay absolutamente nada en el congelador y las ganas, siguen ahí como si nada hubiera pasado.

0 comentarios:

Publicar un comentario